Al igual que otros muchos artículos tecnológicos, los sistemas de almacenamiento de archivos han sufrido una espectacular evolución en los últimos años.
Poco o nada queda ya de aquellos aparatosos artilugios de grandes dimensiones, cuya limitada capacidad apenas nos permitía guardar un documento de texto.
Hoy en día el mercado ofrece soluciones para todas las necesidades y permite crear memorias USB personalizadas que se adaptan al gusto de cada cliente.
Hoy repasamos la historia de los sistemas de almacenamiento y te contamos por qué son interesantes para tus regalos de empresa.
Primeros sistemas de almacenamiento
Corría el año 1980 cuando un pequeño aparato revolucionó el mundo de la transferencia de datos. Se trataba del disquete o disco flexible, un soporte magnético de forma cuadrada que permitía guardar información desde cualquier ordenador.
Los primeros modelos tenían una capacidad de tan solo 1,44 MB y, aunque continuaron evolucionando y llegaron a tener un espacio de hasta 240 MB, pronto sucumbieron ante la aparición de un nuevo invento: el CD-ROM.
Así, el disco compacto fue la solución que muchos estaban esperando. En 1984 comenzaron a distribuirse por todo el mundo, permitiendo almacenar hasta 700 MB de datos. Su éxito fue tan rotundo que muchos ordenadores dejaron de incorporar el lector de disquete y ofrecían solo lectores de CDs.
No obstante, tenían un importante inconveniente: necesitaban ser guardados con mucho cuidado, pues cualquier pequeño arañazo dañaba el soporte y hacía que la información almacenada no pudiera recuperarse.
A pesar de esto, los usuarios siguieron usando los CDs hasta que, en 1996, un nuevo aparato surge en escena. Las memorias USB llegan al mercado y prometen grandes soluciones para los usuarios.
Las memorias USB
Los USB, pendrives o memorias externas comenzaron teniendo una capacidad de apenas 8 MB, aunque algunos modelos también tenían 16, 32 y 64 MB.
Esta primera generación de USB sirvió para comprobar que había sitio en el mercado para nuevas propuestas y permitió el desarrollo de una segunda generación de memorias con una mayor tasa de transferencia y más capacidad.
Actualmente, nuestros comercios ofrecen pendrives de tercera generación, con hasta 64 GB de almacenamiento, suficientes para guardar varias películas o un elevado número de archivos pequeños.
Además, la aparición de los discos duros externos amplió las posibilidades de estas tarjetas de memoria portátiles. De hecho, muchos ya alcanzan incluso los terabites, superando a las memorias que incluyen los portátiles y ordenadores de sobremesa.
Por último, tenemos que nombrar a los sistemas de almacenamiento en la nube como eslabón final de esta cadena. En este caso, los datos se alojan en espacios virtuales, eliminando la necesidad de tener un aparato físico para guardar la información.
No obstante, es necesario el uso de internet para poder acceder a los documentos, por lo que no siempre es la mejor solución.
¿Qué será lo próximo que nos traiga la tecnología? Seguramente los sistemas de almacenamiento continuarán evolucionando y cada vez serán más efectivos y fáciles de usar.
Mientras tanto, recuerda que puedes encontrar una gran variedad de USB personalizados en nuestra tienda online y disfrutar de las ventajas que estos artículos te ofrecen.